En éstas fechas es cuando dudo de mi existencia, he buscado por siglos corazones que me sostengan. Pero no existen.
Y cuando los fantasmas azotan mi mente - no hay un abrazo cálido, ni un beso carente de mi amor. Me estoy desarmando por dentro y lo increíble es que actúo muy bien, porque nadie lo nota. He pensado mil veces en ¿qué pasaría si me desvanezco por completo? Dirían... ella luchó con todas sus fuerzas mientras pisó ésta tierra pero ya está descansando. Y sería todo.
Mis tormentas me agobian mientras los demás de seguro comparten felices. Y claro está que no debo ser la única que se siente de ésta manera. Quizás cuantos inadaptados seremos. ¿Cuántos estaremos buscando un salvavidas para no desfallecer cuando la soledad te golpea directo en el pecho? Obviamente el mundo no tiene la culpa.
Me he dedicado la vida entera a tener aventuras que me den un poco de alegría - y claro, siempre las encuentro.
¿Y mi final feliz?
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