Cortar cadenas no es mi especialidad, todo lo contrario, echarlas sobre mi hombro es lo mejor que puedo hacer. <<y es lo que mata el alma>>.
Cuando las luces se apagan en la gran ciudad, aparecen las gárgolas aladas, deprimentes y confundidas en algún balcón, en lo más profundo y recóndito del lugar, se cierran las cortinas y el aire comienza a entrar despacio por entre los dedos de los demonios. Perdidos, indignados y fervientes. Y esta no fue la excepción.
La pequeña niña alada, repleta de cadenas se envolvió en el manto cálido que la abrazaba aquella noche, y poco a poco comenzó a soltar una a una sus cadenas, perdida en el pensamiento mismo de lo que su alma le pedía, sin meditarlo más tomó la mano de la gárgola, y quiso volar sin medir consecuencias, sin saber respirar su propio aire, sin saber lo que sus pasos iban desatando, y en un abrir y cerrar de ojos, volcó su estúpido sentido en el aire, dejando el corazón de lado, sabiendo que no habría un mañana para ambos. Su risa colmó el ambiente y al unisono las bestias comenzaron a rugir en su cabeza <<Suele suceder que luego de tanto encierro y confusión se pierda la cordura y luego llegue el arrepentimiento>>, perder el alma en un instante no vale la pena, cuando todo truco y estrategia la convierten en una paloma sin rumbo ni dirección -Qué es lo que he hecho- se pregunta , una voz del suelo le extiende una mano y le repite regalarte un poco de vida, un poco de lo que anhelabas a oscuras, un poco de lo que buscabas. Y es así como se pierde la cordura, como se cae al abismo y se pierde la esperanza de obtener lo más preciado. Experiencia le dicen sus adentros, vergüenza exclama su alma, nada le grita su mente. Esto era todo lo que buscabas pequeña niña, esto era todo. Y de pronto recordó las palabras de un viejo amigo que le acompaño por un tiempo, "Cuando alguien de verdad necesita algo lo encuentra, no es la casualidad quien se lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conduce a ello".
Las lágrimas no serán parte de este paisaje, solo los buenos recuerdos, a pesar de saber lo que el futuro le trae a cuestas. <<Poco a poco te vas convirtiendo en un cuervo, y todo parte desde tu interior, no confiar, no caer, no resbalar, no mirar atrás, sin arrepentimiento, sin remordimientos, sin negativas, fijo, simple, único. Comparte y expulsa, comparte y expulsa, ahora respira y sigue caminando tal cual lo hacías en un comienzo, ya tiraste parte de las cadenas, ahora sostén con fuerza las que quedan en tu cuerpo y conservarlas en buen estado, que muy pronto necesitarás aferrarte a ellas>>.
Cuando las luces se apagan en la gran ciudad, aparecen las gárgolas aladas, deprimentes y confundidas en algún balcón, en lo más profundo y recóndito del lugar, se cierran las cortinas y el aire comienza a entrar despacio por entre los dedos de los demonios. Perdidos, indignados y fervientes. Y esta no fue la excepción.
La pequeña niña alada, repleta de cadenas se envolvió en el manto cálido que la abrazaba aquella noche, y poco a poco comenzó a soltar una a una sus cadenas, perdida en el pensamiento mismo de lo que su alma le pedía, sin meditarlo más tomó la mano de la gárgola, y quiso volar sin medir consecuencias, sin saber respirar su propio aire, sin saber lo que sus pasos iban desatando, y en un abrir y cerrar de ojos, volcó su estúpido sentido en el aire, dejando el corazón de lado, sabiendo que no habría un mañana para ambos. Su risa colmó el ambiente y al unisono las bestias comenzaron a rugir en su cabeza <<Suele suceder que luego de tanto encierro y confusión se pierda la cordura y luego llegue el arrepentimiento>>, perder el alma en un instante no vale la pena, cuando todo truco y estrategia la convierten en una paloma sin rumbo ni dirección -Qué es lo que he hecho- se pregunta , una voz del suelo le extiende una mano y le repite regalarte un poco de vida, un poco de lo que anhelabas a oscuras, un poco de lo que buscabas. Y es así como se pierde la cordura, como se cae al abismo y se pierde la esperanza de obtener lo más preciado. Experiencia le dicen sus adentros, vergüenza exclama su alma, nada le grita su mente. Esto era todo lo que buscabas pequeña niña, esto era todo. Y de pronto recordó las palabras de un viejo amigo que le acompaño por un tiempo, "Cuando alguien de verdad necesita algo lo encuentra, no es la casualidad quien se lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conduce a ello".
Las lágrimas no serán parte de este paisaje, solo los buenos recuerdos, a pesar de saber lo que el futuro le trae a cuestas. <<Poco a poco te vas convirtiendo en un cuervo, y todo parte desde tu interior, no confiar, no caer, no resbalar, no mirar atrás, sin arrepentimiento, sin remordimientos, sin negativas, fijo, simple, único. Comparte y expulsa, comparte y expulsa, ahora respira y sigue caminando tal cual lo hacías en un comienzo, ya tiraste parte de las cadenas, ahora sostén con fuerza las que quedan en tu cuerpo y conservarlas en buen estado, que muy pronto necesitarás aferrarte a ellas>>.
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