Como en tiempos anteriores, comencé a leer.
Cada una de las cosas que iba metiendo en mi cabeza, me hacían recordar las carcajadas, los malos ratos, las niñerías y las estupideces que hacíamos juntos. Y sonreí, feliz de todo lo que vivimos, de los aromas, del ambiente, de los amaneceres y despertares que tuvimos juntos, los anhelos que teníamos juntos, nuestras risas al unisono, nuestros enojos y hasta las bromas que planeábamos para molestar a alguien más. Luego de todo el tiempo que ha transcurrido, aún me pregunto si recuerdas todo aquello o solo fue algo que quedó en el momento que ocurrió. Me pregunto si extrañas las cosquillas, mi cabello en tu rostro y hasta mis negativas a los problemas y cuentos que formábamos. Por cada página y canción que fueron apareciendo, recordé algo nuevo. A pesar que ya no te necesito, a pesar que ya no estas conmigo ni en el más ínfimo pedazo de mi piel, me sigo preguntando si me recordarás.
La tristeza se ha borrado de mi piel, pero aún te llevo en el alma, como si parte de mí fueses. Se que mentiras han salido de tu boca, creo que a tu propio tu bien o mejor que eso, para tu propio bienestar, pero la verdad que no creo que interese del todo. Te di una despedida como pude, con dolor y amor infinito. Ahora ya que ha pasado la vida un poco más y ya no estás físicamente conmigo, te despido de mi vida de una vez por todas y sinceramente me alegro que hayas sido parte de ella, con lo bueno y lo malo. Ahora recuerdo las alegrías y sé que ambos estamos en paz.
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