Y así fue como quedó en la absoluta oscuridad, la noche cayó
sobre ella, sintió mucho frío y como sus pies iban congelándose lentamente,
despertó de golpe al sentir como su cuerpo comenzaba a cargar con pequeños
espasmos por causa del frío que la envolvía cada vez más. Se levantó con
cuidado, un poco atontada y olvidando lo que había ocurrido anteriormente, pero
de lo que jamás se olvido fue del rostro de su amada Luna.
“Dónde estás?”, preguntó entre susurros, alzó su rostro al
cielo y la comenzó a buscar, el cielo totalmente oscuro, las nubes grises
habían cubierto una a una la inmensidad del
universo… “donde estas!!!!!”, gritó desesperada, “necesito tu luz,
necesito de ti”, agregó. Alzó ambas manos en el aire como queriendo quitar
aquellas nubes que ocultaban a su hermoso amuleto y musa de sonetos. Enojada y
desesperada, se lanzó de un golpe al lago y comenzó a nadar, nadó y nadó hasta
que olvidó su principal cometido, se dio cuenta que por más que intentará
escapar del agua no podía, “Que rayos he hecho!!!!!”, se dijo para si misma
sintiendo como perdía sus fuerzas y que comenzaba a hundirse, intentó mantener
su rostro fuera del agua para respirar un poco. “Donde estás!!”, gritó una vez
más casi perdiendo la conciencia, “Me has hecho adicta a ti, a tu luz, a tu
calor, a tu compañía. Dónde estás cuando esta oscuridad se apodera de mi cuerpo
y sus alrededores”, lentamente y sin ya más fuerzas comenzó a ahogarse, peleó
contra la naturaleza, y contra ella misma, cuando ya quedó sin aire, giró su
cuerpo quedando con su cara al cielo, cerró los ojos y se desmayó.
Pasaron las horas, el agua se hizo cada vez más peligrosa,
las corrientes tomaron todo lo que venía en su camino y lo condujeron de un
lado a otro hasta que finalmente desembocaron en el mar abierto,<< como es que las aguas son sabias dentro de
su propia naturaleza, como es que el agua es capaz de hacer cosas
posibles e imposibles>>
Su cuerpo saltó de un lado a otro, comenzó a temblar, a
estallar en espasmos, sus brazos se movían de aquí para allá descontroladamente
al igual que sus piernas. Su fúnebre rostro comenzó a quemarse con los rayos de
sol que caían como queriendo cocinar cada cosa viva existente en la tierra, las
nubes se habían escondido en la oscuridad de la noche y las estrellas le habían
seguido el paso. Era de día, los pájaros cantaban y revoloteaban, jugueteando
entre si, los animales del lugar caminaban y compartían con sus iguales, de un
lado a otro iban y venían las abejas, las hormigas trabajaban sin cesar
acarreando hojas, ramas y cuanta cosa encontraban en su camino; ella con su
rostro desfigurado, moribunda y famélica yacía tirada a la orilla de aquella
playa. Los espasmos eran cada vez más fuertes, pareciese como si fuese a
quebrarse por la mitas y que su sangre correría por la arena derramándose y
ensuciando todo a su alrededor, de pronto y por arte de magia, comenzó a
reaccionar, tosiendo, ahogándose aún al recordar los últimos momentos de su
hazaña; su tos parecía un canto diabólico ante tanta hermosura, tomó su
garganta con ambas manos, se arrodilló y comenzó a gemir y toser una y otra vez
intentando respirar desesperada, cerrando y abriendo sus ojos, a cada parpadeo
iba dándose cuenta del lugar en el que estaba, y que claramente no era su
hogar, aferrada al sueño de querer respirar una vez más, apretó su garganta con
todas sus fuerzas y volvió a desmayarse, esta vez, inconsciente y perdida en su
mente respiraba la brisa que le llegaba desde el mar.
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