Algo sucedió en el cosmos. No se qué, pero me trajo a su lado. Quizás mis noches de pesadillas y súplicas constantes se volvieron finalmente reales. No sabes las veces que entre nubes y estrellas, entre el silencio de la ciudad y mi insomnio mirando al cielo y casi sin fuerzas rogué que pasara todo esto. Que me trajeran a su lado. Ni siquiera sabía cómo llegar a ti, simplemente lo pedí con tantas fuerzas que mi armadura comenzó a despedazarce. Me pillaste de sorpresa y fuiste el lucero más lindo que la vida pudo traer a mi vida. Decías que no eras todo lo que yo veía, pero lo eras.
La verdad es que me sorprende, nunca pensé que todo esto sería así.
Te agradezco cada uno de los detalles que tuviste conmigo, los buenos y los malos, dejaste un pedacito de tí por aquí. Para que con esto yo aprendiera a abrir los ojos y pudiera ver que el horizonte no está en los demás sino en uno mismo.
La intensidad de mi alma no es para todos, todos quieren un diamante en bruto, pero muy pocos tienen la paciencia y el tiempo de pulirlo.
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