Fui caminado sola, desnuda, perdida, perpleja y completamente sin sentido alguno. Estaba delirando, estaba fundida conmigo misma y no sabía nada de lo que el mundo podría traer consigo. Caminaba con los pies descalzos. La arena se metía entre mis dedos y no hacía más que sentir. Lo real y lo concreto se hacía presente, el viento soplaba y golpeaba mis mejillas, el mar ondeante golpeaba la orilla y hacía su ruido habitual, mientras simplemente yo caminaba perdida con la vista en el horizonte. <<¿Qué está pasando conmigo?, ¿Por qué sigo cayendo en confusiones y personas de alma quebrada y herida? ¿Qué sigo haciendo mal?>> Es lo único que pasaba por mi cabeza a cada paso andado.
Me senté sobre una roca a observar el mar, toda la vida me hablaron sobre los peces en el mar y la cantidad existente que se esconde en el vaivén de las olas. <<Pero porque me trajiste esto aquí, que ya no es suficiente karma en mi vida, que acaso ya no ha sido suficiente dolor para mostrarme más? ¿qué estoy pagando ahora?>>
Posé uno de mis pies en el agua y sentí cosquillas que aceleraron mi respiración, y solo sonreí complacida. <<Aún me pregunto que tan perversa es mi vida anterior para pagar tanto en esta>> pensé. <<De tanto en tanto, me queda el vacío completo y otras mi propia esperanza me sube a los cielos. He amado, he vivido, he entregado todo y como ahora <desnuda, perdida, vulnerable> sigo empujando mi vida como si la verdad, no pasara nada. Como si no me quebrara por dentro, como si ser fuerte fuera mi principal trabajo en esta vida. Los soportes con los años también se desgastan, se oxidan y se desvanecen. Estoy a punto de desmoronarme. Ya no sé de donde sacar fuerzas, pero aún así estoy en pie, tratando de vivir con una sonrisa en mi rostro. Y lo peor de todo es que cada día río más fuerte y de la misma manera me quiebro por dentro. Y a mí quién me contiene???, necesito abrazos, necesito un oído que se transforme en caricias y en un todo va estar bien>> Mi cuerpo se adaptó a la fría temperatura del mar, estaba famélica, perdida en el baile del océano. Mi piel se erizó, la sensación me recorrió hasta llegar a mis ojos y los abrió de golpe. Comencé a retorcerme, mi cabeza tambaleó y cayó hacía atrás sobre mis hombros y de la nada un suspiro remarcó en el cielo desde mi boca. Mi espalda se arqueó y mi vista se nubló. <<Soy del mar, de las frías costas>> reafirmé.
Suavemente me sumergí hasta que mi piel se tornó del color del mar y nos hicimos uno.
Una vez que mi cabeza se introdujo y caí varios metros lo comprendí.
<<El amor no existe al menos para mí, nací para ser todo esto de lo cual tengo certeza dentro de mí. Soy y seré la loba solitaria que toda la vida supe que sería. Voy a mejorar, voy a triunfar, pero siempre voy a estar vacía. Porque en esta vida, pagaré por todas mis vidas pasadas>>
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