Bajo un largo vestido se asoman unos zapatos de tacón rojos, camina despacio, las telas queman su piel y se extienden por su cuerpo. Lentamente avanza entre la gente mientras la música se cuela por su cabello acomodado de forma perfecta sobre sus hombros.
Su mirada está perdida, respira hondo y llega hasta el punto exacto donde se encuentra frente a frente con un monigote de negro, le sonrie y lo invita sin esperarse nada.
Contornea su cuerpo de un lado a otro, posando uno de sus brazos sobre su cuello lo invita a acercarse. Se pega a él y suavemente se deliza por su cuerpo.
Su mirada está perdida, respira hondo y llega hasta el punto exacto donde se encuentra frente a frente con un monigote de negro, le sonrie y lo invita sin esperarse nada.
Contornea su cuerpo de un lado a otro, posando uno de sus brazos sobre su cuello lo invita a acercarse. Se pega a él y suavemente se deliza por su cuerpo.
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