miércoles, 26 de agosto de 2015

Pintura

He tomado mi pincel más veces de las que me hubiese gustado, como también he recordado, anhelado y jugado con mi imaginacion incontables veces las formas y situaciones de mi vida. No puedo abstener mi pensamiento.

El lienzo está en blanco, en mi mente solo corren situaciones carnales y deshonestas, estoy dispuesta a continuar con mi trabajo, la vida me lleva directamente a placeres indiscutiblemente perversos. 
Acostumbrada mi mente a perderse en el abismo, comienza a contenerse pero no por mucho, mi pincel está listo para concretar esta nueva odisea.

<<Alzo mi pincel en el aire y comienzo a dibujar formas redondeadas y perfectas, juego con la paleta de colores y no aparecen más que tintas que se asemejan al color de la piel de dos personas, mi instinto dice que esta será una muy buena obra. Sus manos conocen las mías, sus ojos se inyectan de líbido y no deja de conectarse con los míos, su figura se eleva frente a la mía y el calor de ambos cuerpos se unen, solo para un baile, uno sin sentido, donde las mentes no llevan a nada inocente. 
-¿Hasta cuando harás que te espere?, le pregunta desesperado a la mujer
-No existe la espera, es el latir de tu corazón el que no deja que sigas caminando hacía mí, tú camino está frente al mío, sonrie deleitandose por cada palabra, aquí me tienes, tómalo.
Su voz se frena de golpe -este maldito juego me llena la cabeza de basura-

Lo mira de reojo sin poder contenerse más, lleva ambas manos a su cabello y suavemente se acerca a su rostro, cuando yo quiero algo, lo tomo, sea cual sea el precio. Acerca sus labios deseosos hasta los de él y jugando con su lengua le roba aquel beso que tanto necesitaba para aclarar su alma.

La pintura se acaba y el lienzo se extiende en anchas>>

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