miércoles, 8 de mayo de 2013

Y esto es para mi negra


Tres años mi negra, tres años...


Desde que abrí los ojos en el nuevo mundo, no hice más que recorrer, observar, disfrutar y oler todo lo que tenía a mi paso. Quise desde un principio, solo por curiosidad, saber que tenía esta ciudad que atraía a tanta gente, y por supuesto, que la hacía tan especial.
Comencé caminando despacio, intentando cobijarme en lo poco verde que había a mi alrededor, luego de estar acostumbrada a diario a oler tierra mojada y a perderme en el azul del cielo. En un principio fue difícil, tanto auto, tanto cemento, tanta gente... <<tantaaaa gente y yo aquí sola>>, era lo único que pensaba al mirar. Me acostumbré, que al final de cada calle, mirando hacia el horizonte tenía que haber un tope, nunca me ubiqué bien, pero donde mirara tenía que estar la cordillera, que para el caso de los santiaguinos, no es ninguna maravilla, a mi me parecía la cosa más hermosa que pudiera haber, tan lejana, tan majestuosa, tan distinta a todo lo que había visto.
La ciudad tiene algo especial, los parques, las plazas, las calles, las noches. El aire es distinto, siempre sentí que era un aire de grandeza, un aire de liberación, de revolución, de libertad. Pero la verdad, es que no, no encontré la libertad aquí.

Mientras iba pasando el tiempo, me iba acostumbrando cada vez más, y si, hasta comenzaba a gustarme. Comenzaron a aparecer los compañeros, luego los amigos y entre todos llegaste tú.

Los observaba a todos mientras intentaba sostenerme a algo, ya no con miedo, sino con ansias.
Y comencé despacio, haciendo lo que tenía que hacer, me apartaba de la multitud para comprender lo que hablaban, para entender su lenguaje, para saber que palabras usar al momento de interactuar,  <<no entendía nada... y yo pensaba y pensaba que las mismas palabras que yo usaba allá no eran las mismas que acá>> y seguí por días y días observando y pensando que hacer.

Me cerré en una burbuja virtual, mientras intentaba resolver mi presente y la angustia de haber dejado mi propia tierra. Y entre enredos asquerosos que de seguro nunca nadie entendió... apareciste tú. Te miraba de reojo, porque reías y reías a cada rato, y yo me sentía tan sola, por alguna razón que no recuerdo, te invité a mi mundo, te comenté las cosas que pasaban y aceptaste unirte a mí. En algún momento hasta me cansé de que no pudieras comprender mi lenguaje, pero aún así, seguí intentándolo. Nos veíamos de vez en cuando, yo hice mis amigos, tu ya tenías los tuyos. 
Y caminamos lado a lado sin tomarnos mucho en cuenta, hasta que justo al momento del quiebre, cuando ya todos debíamos marcharnos, te uniste a mi con más fuerzas y me tomaste del brazo, y yo sin querer me até a tí. <<Siempre puedes reírte de como te hablo, pero es cierto, me até a tí desde ese momento y ya no quise que te fueras de mi vida. Mi amiga, mi compañera, la princesa de cuentos de hadas, llena de fuerza, llena de sueños y de cosas por hacer>>  

Nos fuimos como el resto, cada una por su lado, buscando y viendo que haríamos de la vida, tu como siempre, tuviste las cosas claras y caminaste en esa dirección. En cambio yo, como siempre, conformándome con lo que viniera, fui y tomé lo que me dieron. tres meses sin verte, y yo hice lo que tenía que hacer, mientras de seguro tu andabas por ahí saltando y cantando en tu mundo.

Y de la nada apareciste de nuevo, ni recuerdo como fue que pasó, pero esta vez nos agarramos lado a lado, de las manos, de los codos y hasta de los hombros y ya no nos soltamos más. Y vivimos casi como en comunidad por un largo tiempo.




<< Nadie jamás nunca había llenado tanto mi alma como tú, siempre supiste lo que sentí, siempre supiste lo que me pasó, siempre percibiste todo lo que fue ocurriendo dentro de mí... y jamás te defendiste a golpes, jamás corriste... Es por eso que las razones sobran para amarte>>


***Te llevo en mi corazón y en el fondo de mi alma clavada como si hubieses sido la mejor de mis amantes, la mejor de mis amigas, la mujer perfecta, la que me robó el alma y que nunca me la va a devolver***
Sabes mi negra, que eres la persona más importante de mi vida, te lo dejó saber y te lo ofrezco en bandeja de plata para que nunca lo olvides.




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