Pues te diré que estoy apasionado
por un asunto vasto y fuerte
que antes de mí nadie ha tocado:
Mi muerte
Vas en mi corazón como un infarto
Eres la pierna de que estoy cojo
Eres el guiso de que estoy harto
Te llevo en la cabeza, pero como piojo
Lecho de gran estructura,
Desde un vaso transparente
se ríe la dentadura
del Intendente
No chilles tanto,
No va a entenderte nadie,
Vas a volverte ronco de remate
Pues que lo conociste, dime tú
si no era así Rufo el glotón:
el espinazo, de bambú
de lodo y mierda el corazón
De todos los santos que conozco,
nadie tan milagroso
como Don Juan Bosco.
(Ser Don Juan,
y estar en un altar)
<<¡Al combate corred, bayameses...!>>
¿Y por qué no: corramos?
(He pensado en esto algunas veces)
He aquí un hecho probado:
Jamás, Landoro, en tu oficina estuvo
el desorden mejor organizado.
... Pues como te decía
ese ruido violento
que en tu cabeza escuchas noche y día
sólo es ¡oh Plinio! viento
¡Qué delicia ser tonto sin saberlo!
Buen problema, compadre Escipión,
aunque pienses que no es un problema:
estudiar cómo de hace jamón,
sin saber cómo se hace un poema.
¡Qué estómago tan terco!
Porcia parte hacia el Norte,
Estímulo especial: bisté de puerco
Dice Platón: ¡Caramba, cómo quita
las ganas de vivir, esta jarana!
No charada, no putas, no bolita,
no coca, no parlé, no mariguana...
Extracto Nicolás Guillén "Epigrama"
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