domingo, 4 de mayo de 2014

Conciencia

Hace un año ya que armé mis maletas y me devolví a mi ciudad. y me queda una pregunta muy importante que de seguro ninguno de ustedes se atrevería a responder ¿que pasó con la responsabilidad y el compromiso que en el pasado se veía presente?

Pues bien, esta vez escribiré con el afán de responderme a mi misma... o intentaré hacerlo.

Antes de venir de regreso, me senté en la cama donde dormía con mi pequeño, justo para el día de celebración de la familia. Mientras todos reían, nosotros estábamos enojados y tristes.
Se nos ocurrió algo para salir del paso.

Escribir un acuerdo mutuo para el pequeño << en su propio beneficio>>

Y por qué diablos se me ocurre escribirlo y hacerlo público?, nada más que para recordarme a mi misma lo mucho que una madre puede hacer por su hijo, sin tener nada en las manos.

Pues este acuerdo consistía en muchas cosas en beneficio del pequeño implicado, que al final, salió perdiendo con todo este quiebre en el negocio que se esperaba fuese infinito, pero las partes decidieron simplemente retirarse por razones propias.

Dentro de todo el beneficiado podía ver a una de las partes cuantas veces quisiera, pero resulta que el cliente apareció dos veces y luego desapareció... lo que nos lleva a la conclusión de... abandono del proyecto?, este puede estar siendo beneficiado libremente, como cualquier otro, pero... no debería haber una supervisión constante de que todo este saliendo tal y cual se firmó en el contrato?.. la verdad es que con el tiempo te das cuenta que ese inversor y partner de obras no necesitaba tanto la conclusión del proyecto.
En fin... se derramaron lagrimas, gritos y llantos para nada. Y lo puedo decir con certeza, aunque me miren con ojos extraños y hasta puedan llamarme cruel. El proyecto se realiza a 6 horas, ya sabrá usted a cuantos kilómetros de distancia... y aún así nada. Sinceramente no puedo entender.

Lo que viene al caso, es que he visto y escuché hace mucho tiempo atrás que aquel inversionista lloraba a mares de un lado a otro, y con una persona y otra, pero... no hay nada concreto, es más... el proyecto tuvo que ser trasladado a la ciudad en cuestión por muchos meses, ya que, este personaje no tuvo la capacidad de hacerlo por si mismo...

Aquí entra nuevamente mi pregunta... ¿Qué tanto le interesa?¿Realmente recuerda el proyecto que se realizaba?¿o prefiere seguir tirando vasos de leche, uno tras de otro y quedarse de manos cruzadas ante la situación?

Si un padre ama a su hijo, hace todo lo humanamente posible para verlo, sacrifica trabajo, familia, días libres o hasta pide días para poder estar con él. En este caso, no tengo palabras para culminar mi escrito con adornos.




Para mi negra hormiguita


En una cajita se encontraba una pequeñisima hormiga, que a pesar de estar encerrada brillaba en todo su esplendor. Un día esta pequeña hormiga logró algo impresionante. Tomó un delgado alambre que se alojaba en una de las esquinas de la cajita <<que ante sus ojos era inmensa>> y haciendo su máximo esfuerzo, se lo echó al hombro y pasito a pasito, caminando muy decidida llegó hasta la cerradura y con todas sus esperanzas puestas en que funcionaría, continuó su plan <<realmente le ayudo>>. Metió el alambre y con unos cuantos forcejeos finalmente escuchó un click. Para su sorpresa, la gran caja se había abierto, saltó de aquí para allá, feliz y expectante, pero de pronto notó algo que dentro de sus planes no estaba escrito.

¿Cómo levantar esa tapa tan pesada que aún la tenía presa?

Miró de aquí para allá, indecisa. Y como toda hormiga en un gran pozo. Se echó a llorar sin saber que hacer. Pensaba en lo mucho que extrañaba a su familia y amigos y por un momento pensó en rendirse, mientras las lagrimas caían por su mejilla se dio cuenta de algo que no había notado. Una vez que abrió la cerradura el espacio donde iba la llave quedó total y completamente abierta.  Se tomó la cara con ambas manos y sin poder creerlo corrió a toda velocidad hasta la ranura y en un abrir y cerrar de ojos estaba afuera de esta.
Caminó con cuidado por la gran mesa del gran comedor hasta que llegó a la ventana. Había un problema.

¿Cómo le haría para llegar hasta el jardín?
¿Sus amigos le estarían esperando?
¿Su familia se acordaría aún de ella?
¿Podría triunfar en su camino?





Tienes todo en tus manos, no dejes que la nostalgia te guíe, toma tus propias decisiones y por sobre todo confía en tí, en lo que sabes hacer, y en lo mucho que necesitas llegar a ese lugar. Mientras tanto desde lejos siempre estaremos recordándote y dándote nuestras mejores energías, porque estoy segura que no solo yo te amo, sino que muchos más.

Las mejores de las suertes mi amiga,
Ahora mi hormiguita ¿Qué crees que pasará?
Solo vive y disfruta tal y como lo hacías en tu lugar seguro.

Te amo!!! y mucho éxito!!

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  Me estoy rindiendo, me duele respirar, me cuesta moverme, me duele el cuerpo de la pena que tengo. Se oculta por días, pero vuelve a apare...